Ricardo O.M. consideró excesiva  la pena de prisión permanente por la muerte del abuelo y 50 por la de los padres que pide La Fiscalía
Tribunales
22 jun. 2020

El parricida de Guaza admite en el juicio que asesinó a cuchilladas a sus padres adoptivos y a su abuelo

Ricardo O. M., conocido como el parricida de Guaza, admitió hoy, durante la primera jornada de juicio con jurado que se selebra en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, que asesinó a cuchilladas a sus padres adoptivos y a su abuelo adoptivo en la madrugada del 23 de marzo de 2018. El acusado consideró, sin embargo, excesivas las penas, pidió perdón y dijo estar arrependido.

Hay que recordar que las muertes por las que está siendo juzgado ocurrieron en la casa de la familia, situada una finca de plataneras de Guaza, en el municipio tinerfeño de Arona y que el joven, que cotaba en el momento de los crímenes con 23 años,  aseguró en un primer momento que un ladrón había sido el responsable de los asesinatos.

La Fiscalía pide para el acusado prisión permanente revisable por al especial desvalimiento de una de las víctimas, concretamente su abuelo de adopción, y 25 años de cárcel por cada una de las muertes de sus padres adoptivos. Además, solicita una indemnización de 120.000 euros para los herederos de las víctimas.

Según el relato de los hechos, fue Ricardo quien sobre las cinco y media de la madrugada llamó a la Policía Local de Arona para avisar de que se había encontrado los cadáveres de sus padres y a su abuelo en la vivienda familiar. Cuando los agentes de la Policía Local comprobaron los asesinatos, se lo comunicaron a la Guardia Civil, que se hizo cargo de las diligencias.

En un primer momento, el ahora acusado aseguró al llegar a su casa oyó ruido y se encontró con otra persona dentro, posiblemente un ladrón, que incluso llegó a atacarlo. Sin embargo, los guardias civiles no dieron credibilidad al relato de Ricardo y realizaron una inspección en la casa y en la finca buscando algún rastro del supuesto ladrón.

Sin embargo, esa misma mañana Ricardo confesó los crímenes en las dependencias de la Guardia Civil de Playa de las Américas.